miércoles, 18 de noviembre de 2009

Arsenal terapéutico de los 90’as

A mediados de la década del 90, los sexólogos podíamos contar con la terapia sexual, la psicoterapia sexual, las inyecciones intracavernosas, las hormonas de sustitución para las mujeres postmenopáusicas, estas últimas a dosis cada vez menores y con mayor conocimiento de causa, y observancia de riesgos de cáncer de mama, gracias a estudios previos como la mamografía, o la termografía mamaria, el uso adecuado de la testosterona previo estudio de los marcadores de cáncer prostático, y de otros productos como la yohimbina y los antidepresivos tricíclicos primero y luego ISRS, para el tratamiento de la eyaculación precoz

Alianza sexólogos-andrólogos

Sin embargo, luego de la reticencia por parte de los varones usuarios, y de sus parejas femeninas y masculinas –¿porqué no?- las sex clinics incorporaron este recurso terapéutico y podría garantizar que de a poco la vida sexual se regularizara, se restaurara la autoconfianza. Así que los terapeutas sexuales no médicos contaban con el apoyo de los equipos médicos, y se logró una integración, una alianza entre sexólogos y andrólogos, aun no totalmente consolidada (Flores Colombino 1998)

Sexologo/as versus fármacos vactivos

Otra gran controversia se desató entonces. Ya no era la Iglesia ni la bioética quienes protestaban, sino los terapeutas sexuales que habían vencido previamente a los psicoanalistas y habían abierto sex clinics con mucho éxito de pacientes y de ingresos económicos. La indicación apresurada de las inyecciones intracavernosas por parte de los andrólogos, urólogos y otros médicos sin formación sexológica ni psicoterápica, llevaba en algunos casos a situaciones dramáticas que interferían con la vida afectiva, pues las mujeres se veían sometidas a una suerte de servicio en horas fijas dada la escasa duración del efecto erectivo, sin tomar en cuenta la erotización previa o la oportunidad o espontaneidad del encuentro

Sustancias vasoactivas

Las sustancias vasoactivas inyectables en los cuerpos cavernosos comenzaron con la papaverina de Virag en 1983, cuya acción erectógena fue descubierta accidentalmente mientras operaba a un paciente y luego se autoinyectó a solas y más tarde frente a un público científico médico entre asombrado, ofendido y risueño, demostrando su descubrimiento. La fentolamina y la prostaglandina inyectables se impusieron rápidamente y esta última incluso podía colocarse en la uretra en forma de crema (MUSE), sin el pinchazo que provocaba más temor que dolor –equivale a la picadura de un mosquito – y todavía se sigue usando cuando fracasan las nuevas tecnologías.

martes, 17 de noviembre de 2009

Aurora de los sexólogos

Consecuencia: Primera controversia de la Sexología con la Andrología. Pero también se produjo la controversia de la Sexología con la psicoterapia, sobre todo con el psicoanálisis.

El problema analizado por André Bejin (1987) llevó al mismo a escribir su célebre alegato “Crepúsculo del psicoanálisis, aurora de los sexólogos” en su libro “Sexualidades Occidentales”. El mundo cambiaba, y los revolucionarios de ayer eran los conservadores del presente.

Terapias nuevas y viejas

Como se puede comprobar, la cirugía peneana en el varón y la anticoncepción oral en la mujer fue contemporánea con el desarrollo de la terapia sexual de Masters y Johnson, con lo que un buen número de casos incurables por la psicoterapia clásica o resignados a someterse a cirugía protética, encontraban solución en la ‘terapia breve’ enriquecida por los recursos de las ‘terapias de flexibilización’ de Helen Kaplan. Dejaron de utilizarse los servicios de los cirujanos..

lunes, 16 de noviembre de 2009

Tratamiento de la DE 2

El desarrollo de las técnicas no invasivas para el diagnostico de las obstrucciones arteriales peneanas por Estudio eco doppler color de la circulación peneana, permitió efectuar operaciones de by-pass, así como extirpar quirúrgicamente el plexo de Santorini en casos en que presuntamente existía ‘fuga venosa’ en el sistema erectivo peneano. Estas dos intervenciones quirúrgicas tuvieron su auge, y las clínicas andrológicas estaban cada día más concurridas. Y aun más temeraria fue la operacion neurotómica de las vías que llegan al glande en la eyaculación precoz. Pero los resultados eran diversos y hoy están contraindicados por los propios andrólogos.